Juan 6:60-71 – Jesús es rechazado
- David Roncancio
- 19. Apr. 2019
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Jesús acaba de terminar de compartir su mensaje sobre el pan de vida en la sinagoga en Capernaúm. Acaba de enseñar sobre lo importante que es que crean en él y ‘coman’ su carne y ‘beban’ su sangre.
Al escucharlo, (ciertamente) muchos de sus discípulos exclamaron (dijeron): «Esta enseñanza (palabra - gr. logos) es muy difícil (seca, dura, severa); ¿quién puede (es capaz de) aceptarla (oírla)?»
¿Por qué les parece tan difícil esta enseñanza? ¿Qué era lo que Jesús les estaba enseñando? ¿Qué estaban entendiendo ellos? ¿Por qué? La palabra era difícil para ellos porque tenían las expectativas erradas basadas en las enseñanzas erradas de los líderes religiosos y lo que Jesús estaba ofreciendo era demasiado sencillo para ser real. La gente había estado esperando un libertador que les liberara de la opresión romana, pero Jesús les estaba ofreciendo una libertad aún mayor: la libertad total. El único requisito: identificarse en el sacrificio del cuerpo y la sangre de Cristo como el Cordero sacrificado.
(Cuando Jesús vio/supo dentro de sí que sus pupilos murmuraban sobre ello, les dijo:) Jesús, muy consciente de que sus discípulos murmuraban por lo que había dicho, les reprochó:
—¿Esto les causa tropiezo (escandaliza)? ¿Qué tal si vieran (discernir, ser espectador) al Hijo del hombre subir (ascender) adonde antes estaba? El Espíritu (gr. pneuma – brisa) da vida (revitaliza); la carne no vale (beneficia, es útil) para nada. Las palabras que les he hablado son espíritu y son vida. Sin embargo, hay algunos de ustedes que no creen (confían).
¿Por qué menciona Jesús su ascensión como parte de lo que causaría escándalo? Las personas todavía no creían realmente que él era el Hijo de Dios.
¿Qué quiere decir Jesús con la referencia al Espíritu Santo? Lo que Jesús venía a hacer, la libertad que estaba ofreciendo, no se recibe por esfuerzos humanos carnales, sino viene por la obra del Espíritu Santo en cada persona y este mismo por medio de lo que Jesús les está hablando.
¿Por qué a pesar de todo hay quienes no creen? Mucha gente no cree porque ha basado su vida en las enseñanzas equivocadas de los religiosos o porque no quieren identificarse en el sacrificio hecho por Jesús y dejar a un lado su vida carnal.
Es que Jesús conocía (veía) desde el principio quiénes eran los que no creían (confiaban) y quién era el que iba a traicionarlo (su traidor, el que le entregaría). Así que añadió:
—Por esto les dije que nadie puede venir a mí, a menos (excepto) que se lo haya concedido (dado) el Padre.
¿Qué sabía Jesús desde un principio? ¿Qué vuelve y menciona? ¿Por qué? Jesús deja claro que conoce bien a cada persona y su propósito, y que solo las personas que han sido llamadas por el Padre, son las que van a estar con él. También deja claro que sabe muy bien que Judas le traicionaría.
Desde entonces muchos de sus discípulos (aprendices, pupilos) le volvieron la espalda y ya no andaban (caminaban más) con él. Así que Jesús les preguntó a los doce:
—¿También ustedes quieren marcharse (retirarán)?
¿Cuál es la reacción de muchos de los discípulos? ¿Por qué? Muchos seguidores le dejan porque no quieren dejar sus comodidades ni asumir los sacrificios y costos de seguir a Cristo. Prefieren seguir una vida más fácil. Eran solo seguidores, no personas que iban por el mismo camino con Jesús. Las iglesias hoy en día están repletos de estos personajes: van constantemente a la iglesia y cumplen con todas las tradiciones religiosas, pero no están dispuestos a dejarlo todo para seguir a Jesus radicalmente.
¿Cuál es la pregunta que le hace Jesús a los 12? ¿Por qué? Jesús pone a prueba a los discípulos con esta pregunta. Esto era importante, pues desde este momento la popularidad de Jesús empezaría a menguar y los problemas y la persecución aumentarían. Solo quién fuera un verdadero seguidor de Jesús, un aprendiz, sería capaz de mantenerse firme en medio de la prueba.
¿A cuál de los dos grupos perteneces tú: seguidores o discípulos? ¿Has pagado el precio de seguir a Cristo y puedes reconocer con Pedro la siguiente declaración?
—Señor —contestó (concluyó) Simón Pedro—, ¿a (hacia) quién iremos? Tú tienes palabras (gr. rhema) de vida eterna (perpetua). Y nosotros hemos creído (confiado), y sabemos (absolutamente) que tú eres el Santo (el Sagrado; gr. hagios – separar, poner aparte con un propósito especial) de Dios.
¿Cuál es la respuesta de los 12? ¿Qué ven ellos en Jesús, que los demás no reconocieron? Los discípulos no solo reconocen que no tienen otra opción más que seguir a Cristo, sino que solo en él encuentran la vida verdadera y eterna. Además han visto que él es el Mesías esperado.
—¿No los he escogido (seleccionado) yo a ustedes doce? —repuso Jesús—. No obstante, uno de ustedes es un diablo (acusador, Satán).
Se refería a Judas, (hijo) de Simón Iscariote, uno de los doce, que iba a traicionarlo (entregarlo).
¿Por qué les recuerda Jesús que él los había escogido? ¿Con quién compara Jesús al traidor? ¿Por qué? Jesús les recuerda que él se tomó su tiempo escogiéndolos y llamándolos a seguirle, para que no se les olvide tampoco que cada uno de ellos acepto voluntariamente el llamado hecho por Jesús.
Jesús compara a Judas directamente con el diablo. Judas probablemente no había reconocido a Jesús como el Hijo de Dios, ni estaba dispuesto a someterse a él. Satanás mismo tenía el control de Judas ya en este momento.
Sabiendo Jesús quién le iba a entregar, ¿por qué lo escogió como uno de sus discípulos? ¿Qué muestra esto de la naturaleza y el carácter de Dios? Jesús conocía perfectamente y de antemano el plan de Dios. Él sabía que Judas era parte de ese plan y decidió obedecer al Padre aun sabiendo lo que sabía.
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